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¿Puedo echar a mi inquilino si necesito el piso?

En el mundo de los alquileres, surgen situaciones en las que el propietario puede necesitar recuperar su vivienda alquilada. Sin embargo, el proceso no es tan sencillo como parece puesto que está regulado por leyes que buscan proteger los derechos de ambas partes. ¿Es posible echar a un inquilino si el propietario necesita el piso? La respuesta es sí, pero bajo ciertas condiciones específicas que deben cumplirse de acuerdo con la legislación vigente. A continuación, te explicaremos como proceder para evitar tener un inquilino moroso, qué circunstancias te permiten recuperar tu vivienda y qué hacer si el inquilino se niega a abandonar el inmueble para evitar tener un inquiokupa en tu vivienda.

¿Cómo recuperar la vivienda alquilada si la necesito?

Si necesitas recuperar tu vivienda, es primordial que te asegures de seguir un proceso legal claro para evitar problemas legales. En España, la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) establece las condiciones bajo las cuales un propietario puede reclamar su vivienda. Una de estas razones es la necesidad personal o familiar.

Primero, debes notificar al inquilino con al menos dos meses de antelación. Esta comunicación debe realizarse por escrito y detallar las razones específicas por las cuales necesitas la vivienda, como el uso para ti, un familiar en primer grado o tu cónyuge en caso de separación o divorcio.

Es importante recordar que solo puedes recuperar la vivienda si has incluido una cláusula en el contrato de alquiler que permita esta opción. En caso de no haberla, será mucho más difícil proceder. Además, debes demostrar la necesidad con pruebas concretas si el inquilino lo impugna, como documentos médicos, laborales o legales.

El inquilino tiene derecho a pedir un plazo razonable para abandonar la vivienda, pero si se niega, tendrás que acudir a la vía judicial. Por ello, es esencial actuar con transparencia y cumplir con la normativa para evitar conflictos.

¿En qué condiciones puedo echar a mi inquilino?

Existen condiciones específicas que te permiten solicitar la recuperación del inmueble:

  1. Necesidad personal o familiar: Puedes reclamar la vivienda si la necesitas como residencia habitual para ti, un familiar en primer grado o tu cónyuge en caso de separación. La necesidad debe estar debidamente justificada y mencionada en el contrato de alquiler.
  2. Incumplimiento del contrato: Si el inquilino no paga la renta, subarrienda el piso sin autorización, causa daños o utiliza la vivienda para actividades ilegales, puedes iniciar un proceso de desahucio.
  3. Duración mínima del contrato: Aunque necesites el piso, no podrás reclamarlo antes de que se cumpla la duración mínima del contrato (generalmente 5 o 7 años, dependiendo de si el arrendador es persona física o jurídica), salvo que ambas partes hayan acordado lo contrario.
  4. Finalización del contrato: Si el contrato llega a su fin, puedes optar por no renovarlo, siempre y cuando informes al inquilino con la antelación requerida por la ley.

Es fundamental actuar dentro del marco legal para evitar posibles denuncias o reclamaciones por parte del inquilino. Recuerda que, aunque seas el propietario, el inquilino tiene derechos protegidos por ley.

¿Qué pasa si al echar a mi inquilino este no quiere abandonar el inmueble?

Si el inquilino se niega a abandonar la vivienda tras haber cumplido con el procedimiento legal, tendrás que recurrir a la vía judicial. Este proceso puede resultar largo y costoso, pero es el único método efectivo para resolver la situación dentro de la legalidad.

Primero, deberás presentar una demanda de desahucio en el juzgado correspondiente. En esta demanda, deberás incluir pruebas de que has cumplido con todos los pasos legales, como el aviso con antelación y la justificación de la necesidad. Una vez presentada, el juzgado notificará al inquilino y establecerá un plazo para su respuesta.

Si el juez dictamina a tu favor, se establecerá una fecha para el lanzamiento, es decir, el desalojo del inquilino. En casos excepcionales, si el inquilino tiene circunstancias personales difíciles, como vulnerabilidad económica, puede solicitar prórrogas o ayudas para encontrar otra vivienda.

Es importante evitar tomar medidas por cuenta propia, como cambiar cerraduras o cortar suministros, ya que estas acciones pueden acarrear sanciones legales para el propietario. La paciencia y el cumplimiento estricto de la ley son clave para resolver este tipo de conflictos de manera efectiva.